Diario de una escritora de novela lésbica #16

500 palabras en 15 minutos. Menudo sprint le he metido hoy a la novela.

Debe ser mi récord. Lástima que Scrivener no te haga este cálculo tiempo/palabras escritas.

Yo de pequeña corría. Participaba en carreras y tengo varios trofeos que acreditan que no lo hacía nada mal. Pensaba que, de tanto correr, acabaría teniendo unas piernas largas y un cuerpo esbelto. Pero no. Enseguida constaté que es al revés. En cuanto mis contrincantes empezaron a dar el estirón me di cuenta que para ganar carreras no sólo hacía falta voluntad, sino también algo de genética a tu favor.

Así que me pasé al fútbol.

Ahí mis sprints valían goles y mi baja estatura (ahora lo llaman «tener el centro de gravedad bajo») eran un punto a mi favor.

Como ya indiqué en anteriores entradas de este diario, cuanto menos tiempo tengo, mejor lo optimizo. Ayer andé 6K por caminos de tierra, hice 19 croquetas y 16 empanadillas, escribía unas 1000 palabras y le corté el pelo a mi novia. Llámalo valer para todo o que no quería sentarme para no aplatanarme por el resfriado que aún colea.

Pensaba que para escribir rápido y mucho necesitaba tiempo (unas piernas largas), pero resulta que lo que necesito es algo que contar.

Estoy en una subtrama de la novela que está inspirada en algo que he vivido recientemente y lo tengo fresco.

Si acabas de leer esta entrada del diario y no sabes muy bien qué he querido decir, no te preocupes, yo tampoco.

[Palabras escritas hoy: 553]

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