Diario de una escritora de novela lésbica #28

Tengo que convencer muchas veces a lo largo del proceso de escritura de que no estoy alicatando el baño, sino que estoy poniendo los cimientos.

Es algo muy común, por lo menos en mi, eso de querer ir al detalle de la escena y dejarla cerrada en un primer borrador. Y no tengo mayor bloqueador para mi novela que este empecinamiento.

Por eso tengo que estar avispada para darme cuenta de cuándo estoy cayendo en eso antes de bloquearme.

Ya llegará el momento de elegir la baldosa del baño.

La baldosa del baño es decoración. Sirve para inspirarte un sentimiento u otro. Pero si la tubería no está bien metida, al final salen humedades y se te cae el relato. Perdón, el alicatado.

Ya estoy con mis metáforas. Ya me disculparás.

Pues eso, hoy he metido bien de cimientos para las próximas escenas. Deben estar bien apuntaladas porque estamos llegando al clímax de la novela.

No sé cuántos días llevo diciendo que estoy llegando al clímax. No sé si es porque la escalada está siendo larga o porque escribo de poco en poco cada día y parece que nunca llego.

Creo que es lo segundo, pero no descarto que sea porque se me haya quedado algún muro de carga por poner 😂 Después de 9 novelas, sería para matarme.

Sigo poniendo hormigón.

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