Capítulo 23: La chica de los tickets

Por más que lo intento, no logro sacarme de la cabeza el fin de semana con Mamen. Dos días y medio en los que se han sucedido un montón de… cosas.
Y toda esa rayada me lleva a hacer un repaso de mi vida los últimos tres, cuatro meses. ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Cómo me subí a esta montaña rusa? ¡Ah, sí! Me enamoré de una chica en el metro y luego la busqué, pero a quien me encontré fue a Mamen. O ella me encontró a mi, ya no estoy segura.
La chica del metro… ¿qué será de ella? Ya no la he vuelto a ver. Ni en el metro ni por el ambiente. Ella fue quien lo empezó todo. Ella fue la chica de los tickets que me animó a comprar un viaje para esta apasionante montaña rusa.
Me duele pensar en ella porque no sé qué pensar.
Pero más me duele pensar en Mamen, en cómo me tiene pillada, para bien y para mal. Estoy muy enamorada de ella, pero, de alguna manera, sé que no es bueno que me pille por Mamen.
Sabes cómo manejarme, lo sabe tan bien que parece que sabe que estoy rayada y me manda un mensaje.
-Perdona si este finde he estado un poco rara. Estoy estresada por el curro y no quería amargarte el viaje.
Leo con tranquilidad en mi habitación. Mi madre tiene orden expresa de llamar y esperar respuesta antes de abrir la puerta.
-Mamen, ¿tanto merece la pena ese curro para que vayas de culo?
Espero una respuesta rápida pero no la tengo. Veo que escribe y luego deja de escribir. Veo que sale del chat, que vuelve a entrar. Que vuelve a salir. Lo dejo por imposible y me centro en prepararme la semana en la universidad.
Al rato, Mamen me escribe.
-Sí, merece la pena, pero entiendo que no lo entiendas.
¿Me está llamando cría o inmadura o algo por el estilo o son paranoias mías? Me tienta preguntarle por la conversación que tuvo mientras yo fingía que dormía, pero la dejo en el tintero, junto con tantas otras.
 
 
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